Sociedad de San Vicente de Paul
Su origen
París. Francia. 23 de abril de 1833. Un grupo de jóvenes universitarios, ante las desigualdades e injusticias sociales, deciden pasar a la acción con la esperanza de cambiar el mundo. Para ello crean la primera «Conferencia de Caridad», un grupo de amigos que desean compartir su fe y que se traduzca en hechos.
Oración y acción se unen para visitar el barrio de Mouffetard, uno de los más pobres de París. Es una Hija de la Caridad, sor Rosalía Rendú, quien les acompaña y guía, instruyéndoles en las enseñanzas de San Vicente de Paúl.
En 1834 las Conferencias toman al santo como patrón y se advocan a la Virgen Inmaculada. Al año siguiente se edita el primer Reglamento y en 1839 se constituye el Consejo General Internacional.
La Sociedad de San Vicente de Paúl hoy
La Sociedad de San Vicente de Paúl está presente en más de 150 países, cuenta con 800.000 socios y 1.500.000 de voluntarios. Su ayuda llega, diariamente, a más de 30 millones de personas.
La SSVP participa como miembro asociado de la UNESCO y como consultor especial en el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC). Asimismo, forma parte del Movimiento Católico Mundial por el Clima y está alineada con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos en la Agenda 2030 por las Naciones Unidas.
La Sociedad de San Vicente de Paúl y la Iglesia
La Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP) es una organización caritativa católica laica dirigida por voluntarios, creada en París en 1833 por un grupo de laicos católicos entre los que se encontraba Federico Ozanam, quien después sería beatificado por Juan Pablo II.
La sede de la Confederación Internacional se encuentra en París. En la actualidad, su Presidente General es el brasileño Renato Lima de Oliveira.
La SSVP es jurídicamente autónoma en su existencia, constitución, organización, normas, actividades y en su gobierno interno. Reconocida como institución civil en la mayoría de los países, los vicentinos eligen a sus responsables y gestionan el patrimonio libremente, en conformidad con sus propios estatutos y la legislación de cada país.
La SSVP mantiene una estrecha relación con la Iglesia católica. Actualmente, forma parte del “Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida” y del “Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral” y apoya las iniciativas de la Santa Sede.