Asociación Internacional De Caridades

HISTORIA

Un domingo de agosto de 1617, durante la misa, san Vicente de Paúl llamó a sus feligreses para que ayudaran a una familia enferma en apuros. Muchas mujeres respondieron inmediatamente a la llamada, visitando a la familia y garantizando su asistencia. Impresionado por tal generosidad y sintiendo la necesidad de organizar esta ayuda para hacerla más efectiva y duradera, san Vicente llevó a un primer grupo de mujeres a formar una cofradía, con el objetivo de prestar ayuda espiritual y material a los más necesitados. El 8 de diciembre de 1617 marcó el inicio oficial de las actividades de este primer grupo llamado Cofradía de la Caridad. Durante su vida, san Vicente aseguró la difusión de las Caridades en Francia y más allá, con la contribución de santa Luisa de Marillac. Las Caridades actúan con total autonomía en sus respectivos países, estando sin embargo estrechamente vinculadas por la herencia vicentina común. Fue precisamente este vínculo el que les llevó a crear una federación que uniera sus movimientos nacionales individuales con la fundación, en 1971, de la Asociación Internacional de Caridades (AIC). Ya reconocida por la Santa Sede, la Association Internationale des Charités obtuvo el reconocimiento como asociación internacional de fieles por parte del Consejo Pontificio para los Laicos, con un decreto del 15 de marzo de 2007. Tiene estatus consultivo en el ECOSOC y la UNESCO y estatus participativo en el Consejo de Europa.

IDENTIDAD 

La AIC es una red de voluntarios, mujeres, que trabajan en sus comunidades locales para luchar contra la pobreza en África, América Latina, Asia, Europa y Estados Unidos de América. Siguiendo el ejemplo de san Vicente de Paúl y según las enseñanzas de la Iglesia, la AIC pretende ser una presencia transformadora de inspiración cristiana en la sociedad, trabajando principalmente con las mujeres, a través de proyectos y acciones de desarrollo en los que los beneficiarios se implican plenamente en la lucha contra la pobreza y la exclusión en todas sus formas. La AIC trabaja también a nivel local y mundial, participando en la actividad de las redes que se declaran contrarias a la injusticia y ejercen presión sobre las estructuras de la sociedad civil y los responsables de la toma de decisiones para erradicar las causas de la pobreza.

OBRAS

Los voluntarios de base de la AIC trabajan localmente para responder a las necesidades reales sobre el terreno. Los proyectos se enmarcan principalmente en las áreas de educación, salud e inclusión social. Muchas de las actividades de la AIC tienen también un aspecto de implicación personal, como las visitas a domicilio, especialmente a los mayores, y las visitas a hospitales o prisiones.

Actualmente hay miles de actividades en marcha en los países donde la AIC está presente. Estas actividades son realizadas por los voluntarios locales de la AIC, en respuesta a las situaciones de pobreza que encuentran en sus propias comunidades. La mayoría de los beneficiarios de las actividades de la AIC son mujeres y sus hijos (70%), que son los más afectados por el problema de la pobreza y la injusticia.

Realidad 

  • Es la primera fundación hecha por San Vicente (1617);

  • Está presente en 50 países y cuenta con unos 260.000 miembros; 

  • Durante los últimos años ha trabajado fuertemente en la auto-promoción de sus miembros, en llegar a los más alejados y en el trabajo organizado; 

  • Tiene un lugar en el sitio Web de la Familia Vicentina: www.famvin.org/aic 

  • Lema Cambiar no es una opción, es una exigencia 

  • Sus líneas de acción: Llegar a ser una presencia crítica y profética en la sociedad, un agente multiplicador de buenas noticias y una fuerza transformadora: En la asociación, frente a las pobrezas, en la sociedad.

  • Solo a través de un espíritu de pertenencia más firme a la Asociación, de la experiencia del contacto directo con los pobres, y de la participación de toda la sociedad podremos contribuir a la acción internacional para eliminar la pobreza.